Vaig passar el darrer cap de setmana a València, ciutat que visito sovint d’ençà que hi tinc llaços familiars. I allí vaig saber que l’expresident Zaplana (aquesta mena de Demóstenes vulgar de qui us parlava ahir), vol escriure un llibre per a defensar-se de la incomprensió de determinats mitjans de comunicació, perquè –diu- no sempre s’han jutjat bé els seus anys al front de la Generalitat. D’aquesta manera intentarà “poner en valor el período de mayor crecimiento de esta tierra [la valenciana]”.
Comentant aquesta decisió, Francesc de P. Burguera deia això a l’edició d’El País (Comunidad Valenciana):
“Ahora, pasado el tiempo, se queja de la falta de objetividad con que han sido juzgados sus años de gestión y piensa publicar un libro para ‘poner en valor el período de mayor crecimiento de esta tierra’. ¡Vaya por Dios! Y uno sin enterarse. Porque el “mayor crecimiento” durante los años de su presidencia ha sido el de la deuda pública acumulada que ya asciende, por lo visto, a más de veinte mil millones. Lo que ha dejado al presidente Camps, su sucesor, en la más absoluta indigencia. Días antes, en un acto celebrado en Valencia, declaró que se sentía ‘orgulloso de haber contratado a Julio Iglesias y de construir Terra Mítica’. Y que volvería a hacer Terra Mítica y a contratar a Julio Iglesias en los mismos términos. Pero lo cierto es que Terra Mítica está en suspensión de pagos y los contratos de Julio Iglesias andan siendo investigados en los tribunales por si hubo ocultaciones a Hacienda y transferencias a paraísos fiscales. O sea, que muy bien. Esperemos a que el señor Zaplana publique su libro para defenderse de la falta de objetividad con que ha sido tratado por algunos medios de comunicación.”
Tot comentat això amb un valencianista de la ceba, aquest em va demanar: “Ja saps què passa quan xafes merda?” I davant la meva cara de pòquer, afegí: “Doncs que s’aplana”.
Josep Maria Quintana 