A mesura que passen les hores i els dies, a la premsa es comencen a llegir articles crítics amb la figura de Joan Pau II. Els burletes a mi no m’interessen, en canvi sí que considero valuosos els qui, lluny de quedar en el simple panegíric, intenten, des del respecte i l’estima, aprofundir en l’obra del pontífex desaparegut que, evidentment, transcendeix la seva tasca exclusivament eclesial o religiosa.
Un escriptor laic com Baltasar Porcel, a la seva columna d’avui a La Vanguardia, li dedica uns paràgrafs que em semblen particularment interessants. Porcel analitza la política vaticana de Joan Pau II a l’Amèrica llatina i, tot i que es mostra molt crític amb la teologia de l’alliberament (“esta teología, o esta acción literalmente armada de inspiración pseudoevangélica, fue abusiva y creó muchos problemas”), diu l’escriptor d’Andratx que “ante la opresiva, trágica realidad de la mayoría de esas sociedades latinoamericanas resulta muy difícil permanecer modoso y cantando lo de ‘con flores a María, que madre nuestra es’, como más o menos pretendía Karol Wojtila.”
I afegeix: “El Papa rechazó dicha teología y sus consecuencias en su totalidad, aún ahora el Vaticano mantiene un conflicto con el Gobierno argentino por defender a un vicario castrense más que reaccionario. Y tampoco ha salido bien parado de la curia romana el obispo catalán-brasileño Pere Casaldàliga, que será un iluminado pero que ante el inmenso desastre de Matto Grosso y la explotación de los miserables tiene más razón visceral que todas las encíclicas de teología sin duda ortodoxa de Juan Pablo II. ¿O no debemos ocuparnos de este mundo y sólo rezar para el otro?
La política del Papa en Latinoamérica ha sido no ya del mundo, sino del sistema establecido: ante el avance de las sectas, la laicidad, el protestantismo, para salvaguardar a la Iglesia pactó con cualquier ordenamiento que la beneficiara.”
La reflexió del meu amic Porcel em sembla de gran interès, d’ací que m’hagi semblat que valia la pena difondre-la.
Josep Maria Quintana 